martes, 30 de mayo de 2017

PRISMA


Están siendo unas semanas muy "movidas". Viajar , mucha fotografía, demasiado inglés.
Creo que no sería fiel a mi si no compartiese mi visión de los paisajes , los interiores , de los lugares que visito. 


También con esta publicación intento perder el miedo. A mostraros los experimentos que , de vez en cuando, realizo.
Debo decir que, aunque sea algo tan simple como un pedazo de cristal, el prisma empieza a fascinarme. Y desde luego a inspirarme. Sueño con imágenes realizadas con él.


Aquí os dejo , sólo tres, fotografías trasteando con el prisma desde el hotel. Espero que os gusten y que me dejéis en comentarios qué opináis. Nos leemos pronto.


Localización : Hotel Josein (Comillas, Cantabria)
Canon EOS 1ds
Objetivo 70-300 mm



miércoles, 17 de mayo de 2017

SILENCIO



El silencio no es nada más que eso. Algo que no se escucha, que no puede verse, pero sí sentirse. 

Necesito el silencio de vez en cuando, en los momentos en que habláis mucho pero no escucháis. Cuando todo lo que me rodea no es más que ruido frío y sin contenido. Sí, estoy de acuerdo, se escucha, pero también puedo sentirlo, verlo y oírlo. 

Puedo escuchar el silencio que brota de las ramas de aquél árbol, que por muy solitario y viejo que fuese, derramaba más magia que cualquier otro ser de mi especie. Y dejaba desaparecer retazos de historias a través de las gotas que se deslizan por sus hojas. Retazos de historias, minutos de ruido, segundos de nada.

Puedo sentir el crujir de sus cientos de brazos en mi espalda, como un aviso de lo que hace tiempo sé, pero no quiero ver. O no me dejan los gritos huecos de la gente que pasa sus días así, gritando. Pero no escuchan. No ven.

Puedo verlo. Cada color en cada esquina, el musgo del muro que cual soldado protegía al bicentenario callado (o no), y que esperaba a ser descubierto por quien sustituyese el ruido por el silencio más puro, más honesto, más vívido de todos.

Decís que debo escucharos. No tenéis nada que contarme. Escuché cada una de vuestras frases preparadas media hora antes, millones de veces. Aunque vuestros rostros cambien diréis lo mismo. 

Ahora espero aquí, sentada, la llegada del verdadero sonido que sea precedido por el silencio de los malditos. Sólo en ese momento volveré a escucharos. Vos, entonces, despertaréis del sueño.